Os vais a pensar que soy amiga de comer cosas raras; las crestas es algo que no todo el mundo conoce o ha probado. Pero yo las comía mucho en casa, gracias a esas recetas de mi abuela que me inspiran muchas veces. Las crestas de pollo (parecido ocurre con las patas) son un alimento poco conocido y que quizás la gente no se atreva a probarlo, de textura gelatinosa y a la vez carnosa, pero con sabor a pollo, en definitiva, son de pollo.
Además, repasando el blog (porque lo tengo "en obras" , os aviso) he visto que ésta, es, sin duda, la receta más vista. Luego, no deben ser tan raras las crestas, cuando la gente busca resolver cómo se cocinan.
Antes era bastante complicado conseguirlas, pero últimamente no tengo mucho problema para encargarlas en casquerías o incluso en tiendas de "congelados". El otro día precisamente encontré una bolsa congeladas y la propia dueña de la tienda me preguntó cómo se hacían. Así que me he animado a enseñaros esta receta tradicional de mi gran abuela Maye y que en casa les vuelve locos...
Esta es mi humilde forma de preparalas. Así nos saben muy bien y casi es imposible resistirse a probarlas y mojar pan en su salsa.
INGREDIENTES:
1 Kg. De crestas
1 cebolla mediana
1,5 L. de agua
Un diente de ajo
1 Cucharada de harina
1 Hoja de laurel
Un poco pimiento rojo
3 o 4 cucharadas de tomate frito casero
Una cucharadita de pimentón de la Vera
Un chorrito de vino blanco
Una guindilla (opcional)
ELABORACIÓN;
Bien fácil, ya veréis.
Se limpian bien las crestas (si no van bien limpias, se escaldan para quitarle la pielecilla que llevan pon encima) y se ponen a cocer durante unos 30 minutos en la olla a presión con unas hojas de laurel y un poquito de sal (o una pastillita de caldo de pollo). Una vez cocidas, las escurrimos, reservando un vaso del caldo de cocerlas.
Luego preparamos el sofrito de ajo, cebolla, pimiento y la guindilla. Después añadimos al sofrito la harina hasta que dore y se integre bien. Añadimos el tomate, un poquito de vino blanco y el caldo reservado. Añadimos las crestas también y dejaremos hervir un ratito, cuidando que no se espese demasiado el caldo, porque se puede pegar. Para eso, es aconsejable tener reservado más caldo de la cocción de las crestas, por si hubiera que añadir un poquito si está demasiado espesa la salsa.
Se sirven bien calientes y con pan porque esta " salsica" ya veréis que "pide pan". Espero que os gusten.
He de reconocer que las crestas de pollo no me van pero a mi madre, mi hermana, hermano..... les paso tu receta.
ResponderEliminarNo se que pasa pero no veo para hacerme seguidor, en cuanto salga me hago.
La merluza a la gallega es una delicia, genial, gracias.
Un saludo de Alfchef
Estan de vicio ¡¡
ResponderEliminarMe quedaron buenisimas, un detalle, no pones cuando añadir el pimenton de la vera. Y personalmente añadiria a la receta triturar con la batidora la salsa una vez hecha para no encontrar tropezones de cebella y pimiento. Un 9.50
ResponderEliminarLa pinta la tiene muy buena, gracias.
ResponderEliminarHace tiempo que no las como, desde que era pequeña pero ahora he comprado una bolsa y voy a hacerlas
ResponderEliminarEstan de vicio,mi madre las hacia de aperitivo para el bar k teniamos y ahora las hacemos en casa
ResponderEliminarDonde las compras?
EliminarDonde se pueden comprar
EliminarMe gustan mucho
Eliminarmaribigues las compro en tiendas de congelados o en la casquería del mercado!!
Eliminarbuenisimas !!! yo las comia de pequeñita y al ir a la polleria las vi y me acorde q me encantaban pero no las abia hecho nunca y tu receta me encanto ,gracias .
ResponderEliminarTambién las tienen ya limpias en bandejas de medio kg en Leclerc, al menos en el de Salamanca , voy a hacerlas hoy
ResponderEliminarSublime.
ResponderEliminar