También tiene mucho éxito por lo sencillo que es, lo bueno y suelto que sale y que es un plato que se puede improvisar si llegas tarde a casa y no sabes qué hacer para comer. Si lo probáis, veréis que es totalmente verdad lo que os cuento.
Siempre me pareció que el pimiento verde y el jamón casaban muy bien, así que fue el matrimonio perfecto para hacer un buen arroz. El único secreto que tiene, es buscar un buen recipiente para que se haga a buen ritmo y os salga suelto. Os voy a dar varias pautas para ello, pero creo, sin duda, que la cacerola tiene mucho que ver en ello, y aunque he usado otras y casi siempre sale bien, en esta última todos los arroces salen aún más especiales, con su costrita de "agarrao" y todo. Por eso, os la presento también.
- Pimiento verde
- Jamón serrano, cortado a dados (que no esté muy seco)
- Aceite, sal, 3 o cuatro dientes de ajo, un poco pimentón y color
- Caldo de pollo o de carne que tengamos -puedes usar el de Gallina Blanca, que sale muy bueno-
- Por supuesto, arroz.
Primero hacemos el sofrito por este orden; primero el pimiento con los ajos, el jamón, el arroz y el pimentón. Salpimentamos (muy poco, porque el jamón ya sala un poco y el caldo ya debe llevar su sal correspondiente). Es muy importante sofreir bien el arroz, hasta que coja un color como si fuera transparente. Entonces le ponemos el pimentón y damos unas vueltas, para que no se queme.
-Ahora ando con las tensión superalta y no puedo comer jamón serrano pero lo voy a probar con jamón cocido,porque me ha gustado por su sencillez.
ResponderEliminarUn abrazo. Entre fogones con David.