La merluza, si es fresca, no hay que enmascararla mucho. De la forma que la prepares está buena. Pero hacerla así es muy fácil y queda muy sabrosa. Os cuento;
INGREDIENTES:
Una merluza cortada en rodajas mas bien gruesas
Tres patatas medianas
Tres o cuatro dientes de ajo
Un par de hojas de laurel
Un buen aceite de oliva virgen (AOVE)
Una cucharada sopera (sin colmo) de pimentón de la Vera
ELABORACIÓN:
En primer lugar ponemos en la olla a presión como un litro y medio o dos de agua, un par de dientes de ajo, el laurel y un chorreón de aceite. Cuando está caliente añadimos la cabeza de la merluza y la tapamos, dejándola hervir durante unos 10-15 minutos. Pasado este tiempo colamos el caldo, para que no queden impurezas de la cabeza.
En ese mismo caldo coceremos las patatas durante 20 minutos, con la tapa abierta, cortadas en rodajas gorditas (de un dedo de anchas, más o menos), intentando que no se deshagan, para que queden vistosas. Apartamos y escurrimos poniéndolas como una "cama" en una fuente.
Salamos la merluza y la ponemos extendida en una cacerola grande y cubrimos con un par de dedos de ese mismo caldo que llevamos usando desde el principio. En unos 8-10 minutos estará cocida; escurrimos y colocamos sobre la cama de patatas.
Preparamos la "ajada" con un par de dientes de ajos picados que freiremos en aceite caliente, y cuando se empiecen a dorar añadimos -sin dejar de remover, para que no se queme- el pimentón. Unas vueltas y echamos todo este sofrito sobre la merluza.
Se le puede añadir huevo cocido o alguna hierva para decorar, pero lo más importante es servirlo bien caliente y recién echada la ajada, porque si no pierde el brillo y se espesa y ya no sabrá igual recalentado.
Madre mía, yo que de cocina sé lo justico o un poco menos, me acabo de quedar de piedra con lo sencilla que es esta receta. ¡Y la buena pinta que tiene!
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