Imagen de Javier Vega |
¡Hola, amigos y amigas!
Me llamo
Andrés, vivo en un pequeño pueblecito de Catalunya y por una vez, y con su
beneplácito, voy a sustituir a Mamen en la presentación de esta deliciosa
receta, una exquisita caldereta de cordero manchega, un plato que sin grandes
alardes va a desplegar en nuestro plato un auténtico festival de sabor y olor.
¿Y por qué presenta este individuo la receta?, os preguntaréis. Pues veréis, la
verdad es que ha sido un capricho, y Mamen me lo ha permitido, con su bondad
habitual. Hay algunas recetas que, como una buena canción o una buena película,
o incluso un buen cuadro, se asocian indisolublemente a un momento determinado
de nuestra vida. Esta receta es especial para mí, entre otras cosas porque tuve
la oportunidad de disfrutarla entre amigos en un ambiente verdaderamente
especial. El 14 de Agosto de este año que está a punto de exhalar sus últimos
suspiros, Mamen y su encantadora familia sentaron sus reales durante un par de
días en el pueblo de Sitges, en la costa de Barcelona, y tuvieron a bien
invitarnos a un servidor y a dos conocidos más de Twitter, Javier y Marta, a
una degustación en un pequeño y coqueto bar de la localidad. Como uno sabía de
las habilidades culinarias de Mamen, pues me dejé llevar, como cuando la
Pantera Rosa volaba sinuosamente atraída por el olor de un delicioso guiso.
Aparte de eso, tenía la oportunidad de departir con Mamen, Javier y Marta, y
jamás se le dice que no a una tardecita en Sitges en buena compañía. Así que
allí me presenté, en una luminosa tarde veraniega, con el pueblo abarrotado de
la más variopinta fauna humana, y así dio comienzo una tarde especial, plena de
buen yantar, mejor beber, simpatía, risas y esa clase de cosas que hacen que
uno piense que, al fin y al cabo, la vida merece la pena, aunque solo sea por
esos ratos.
Pero pasemos al tema gastronómico, que me estoy yendo por los
cerros de Úbeda. De entre los deliciosos platos que Mamen preparó para nosotros
en aquella mágica e inolvidable tarde, un servidor quedó hechizado por una
espectacular caldereta de cordero, un delicioso platillo que en varios momentos
me hizo perder la moderación y el comedimiento. Para mí, fue la guinda de una
tarde-noche que permanecerá indeleble en mi memoria. Un plato que hace que mi
boca se curve en una sonrisa al recordar “La caldereta de Mamen en Sitges”.
Como decía antes, Mamen me ha cedido los “trastos” para explicar la receta, y
allá voy. Espero que sea tan especial para vosotros como lo fue para mí.
CALDERETA DE CORDERO MANCHEGA
INGREDIENTES:
1.
1 kilo de cordero, de costilla, falda o cuello,
aunque también le podéis añadir algo de pierna.
2.
Pimiento. Rojo o verde. Uno mediano de cada.
3.
Un puñado de ajos sin pelar.
4.
Sal.
5.
Pimienta.
6.
Laurel, tomillo y romero.
7.
Un vaso generoso de vino blanco.
RECETA:
·
Sofreímos el pimiento y la cebolla en una sartén
con un fondo de aceite de oliva virgen extra.
·
Añadimos la carne, el laurel, la sal y los ajos,
previamente machacados con el dorso de un cuchillo.
·
Vamos removiéndolo todo, y cuando la carne
comience a tomar color, como de estar ya un poco sofrita, añadimos el vaso de
vino blanco.
·
Añadimos las hierbas, el tomillo, el laurel y la
sal y dejamos que el guiso se cocine a fuego fuerte hasta que empiece a
“chupchupear”.
·
Llegados a este punto, es el momento de bajar un
poco el fuego y dejar que el vino se consuma, hasta que la carne quede en el
aceite, con un toque caramelizado que nos va a hacer chuparnos los dedos.
Esta es, amigos, la receta que me hizo “rozar el Nirvana” en
aquella especial e inolvidable tarde en Sitges.
Me comenta Mamen que se le
pueden añadir setas, espárragos, obviar el pimiento, añadirle tomate… De todas
maneras, pura delicia manchega. ¡Que la disfrutéis!
Andrés Moreno
Gracias Andrés. Me siento muy halagada por contar con tu participación en este humilde rincón de mi cocina. Aunque siempre cuento con tu ayuda incondicional, me ha gustado la idea de que fueras tú quien presentara esta receta que tanto insististe en que te explicara. Aún recuerdo tu cara al probarlo y cómo disimulabas cada vez que ibas a coger más, como si te diera vergüenza repetir o "tripitir", jajaja.
Lo cierto es que las redes te acercan a gente que se hace especial. Y esa tarde, disfrutamos los cuatro de lo lindo; nos reímos, charlamos y por supuesto, comimos y bebimos celebrando el encuentro.
Caldereta y Atascaburras, esos fueron los "manjares" con que se me ocurrió deleitaros, una comida muy de invierno, pero con identidad 100% manchega. Aún nos quedan más platos que probar, más risas que soltar y más encuentros que celebrar. Espero que éste fuera el primero de otros tantos.
¡Hasta pronto!
Mamen
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