Cuando te reúnes con mucha gente, es un buen momento para hacer una recia comida casera en la lumbre. ¡¡Hay que ver cómo congrega una buena fogata; unas cervezas, un puñado de aceitunas o unos frutos secos… aseguran un buen rato de charla!!
Hay dos cosas que os quisiera aclarar antes de pasar a la receta; la primera es sobre el nombre. Cuando habléis de “gazpachos manchegos”, siempre son en plural. El “gazpacho” es el andaluz (esa “sopa” fría de tomate y otras cosas) que también está buenísimo, pero no tiene nada que ver.
La segunda aclaración es sobre los ingredientes. Yo he dicho que son “a mi manera”, porque los gazpachos admiten muchas variantes; desde los viudos –que no llevan carne-, o con atún, con conejo, o con carne de caza. Todavía recuerdo los que hacía mi tío Paco con palomo (uhmmm!!). Estos los hago con costillas adobadas y pollo, porque no a todo el mundo le gusta el conejo. Pero os aseguro que así también salen buenísimos.
Ingredientes:
Aceite de oliva
Costillas adobadas
Pimiento “entreverao”
Ajetes (o dientes de ajo)
Espárragos (opcionales)
Cebolla
Tomate crudo
Setas (champiñón no, por favor)
Caldo de pollo (o de carne)
Y por supuesto, tortas de gazpacho (preferiblemente cenceñas)
(otra cosa imprescindible: leña para la lumbre)
Elaboración:
Ponemos el fuego muy concentrado en el centro de la sartén con un buen chorreón de aeite (que cubra el fondo).
Según el famoso “Hormiga” de Albacete (maestro gazpachero), primero se sofríen las verduras y se apartan para que no se deshagan; pero eso se hace cuando la carne que ponemos es dura, como una liebre o palomo, que tiene que cocinarse más. En este caso, como la carne es muy tierna y las costillas son adobadas, sofrío primero la carne para que deje en el aceite el sabor del adobo. Salar.
Aparto la carne y en ese aceite sofrío las verduras, que iremos incorporando por el siguiente orden; la cebolla y los ajos, el pimiento, los espárragos, las setas y por último, el tomate. Salar, nuevamente e incorporar la carne y mezclar.
Cuando lleva por lo menos hora y media de buen hervor, a mí me gusta apartar la carne y retirar los huesos, para que comas sin encontrar “tropezones”. Entonces incorporamos de nuevo la carne desmigada y las tortas troceadas. En este momento, el fuego debe ser fuerte, pero lo dejamos consumir y que poco a poco vaya bajando de fuerza, hasta retirar la sartén a los 20 minutos y dejar reposar.
Se sirven bien calientes y melosos. Para que se puedan comer casi con tenedor…. Y aún mejor, si te los comes directamente de la sartén; como decían nuestros abuelos; “mojá y paso atrás”.
Somos Rafa y Victoria, nos encontramos en el puente dela Inmaculada en Buenafuente, por fin me he sentado y he leido tu recetas, me gusta como lo explicas, a la vuelta de las fiestas, intentare hacer, por lo menos los gazpachos. Gracias. Saludos a padres, esposo, hijos majetes.
ResponderEliminarUn abrazo Rafa y Victoria
RAfa, Victoria. No sé de qué otra forma responderos... pero como sé que pasaréis por aquí, os dejo el comentario. Me alegra que os guste y que hayáis dado con el blog. Espero que os sea de utilidad. Ya sabéis dónde me tenéis. Feliz Navidad
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