El bacalao me gusta en todas sus versiones, así que cuando lo encuentro fresco en la pescadería me encanta. Vísperas de navidad encontré uno con un lomo bastante considerable y lo aproveché para marinarlo y prepararlo para un aperitivo navideño.
Es importante que el bacalao sea "gordote" porque al marinarlo se merma bastante y si no tienes mucha habilidad con el cuchillo -como es mi caso- las lonchas te salen pequeñas y pierde vistosidad. Pero no os preocupéis, porque está igual de bueno pequeño que grande... Es muy fácil prepararlo.
INGREDIENTES:
Un bacalao grande y fresco (los lomos)
Sal
Azúcar
Un bote de preparado de sal para ahumar (lo venden en Mercadona)
PREPARACIÓN:
Pedir al pescadero que os separe los lomos del bacalao y le quite la cabeza y la espina central (no las tiréis, que son buenísimas para un caldo o fumet). Después, al llegar a casa os entretenéis en quitar con unas pinzas las espinas que puedan quedar en la parte alta de los lomos; hay que cerciorarse que están bien limpios.
Luego buscar un recipiente suficientemente grande y hondo para poner extendidos los lomos. Debe ser grande no solo para que quepa el pescado sino para aguantar todo el líquido que irá soltando.
Mezclamos la sal, el azúcar y el preparado para ahumar (este huele bien fuerte; no pongáis demasiado o saldrá con un sabor demasiado intenso); yo puse 1 kg de sal gorda, 1 kg de azúcar y un bote de este preparado y tuve bastante para cubrirlo todo.
Se pone una capa de este preparado en la fuente, encima el pescado y éste lo cubrimos totalmente con más sal-azúcar. Hay que dejarlo en un lugar fresco durante 24 horas. No mucho más, porque se deshidrataría demasiado y quedaría muy reseco.
Pasado este tiempo, lo sacamos del preparado. Lo lavamos bien y lo ponemos a secar sobre un papel de cocina. Cuando está seco le quitamos la piel. Ya os he contado que no soy muy hábil con el cuchillo, por eso me resulta más fácil pelarlo y luego cortarlo, pero si sois buenos trinchando, podéis poner el cuchillo de lado e ir sacando filetes un poco más grandes; (igual que los del salmón ahumado en los que vienen cortados ya unos filetes preciosos y grandotes). Pero bueno, ya os he dicho que el corte no afecta al sabor...
Para conservarlo mejor y que esté más jugoso, yo voy poniendo los cortes en un túper con aceite (mezclando un poco de oliva y un poco de girasol, para q no se endurezca en la nevera) y con un poco de eneldo que le dice muy bien. Así os durará mucho tiempo.
Presentarlo ya es cosa de cada uno: yo los puse con tiras de pimiento asado sobre pan tostado. Otro día los puse sobre una cama de tomate rallado. También lo podéis usar para un revuelto con setas y huevo, poniéndolo al final, ya que no necesita cocinarse. En fin; solo sobre un trozo de pan ya está buenísimo. Espero que os guste tanto como a mí.
Es importante que el bacalao sea "gordote" porque al marinarlo se merma bastante y si no tienes mucha habilidad con el cuchillo -como es mi caso- las lonchas te salen pequeñas y pierde vistosidad. Pero no os preocupéis, porque está igual de bueno pequeño que grande... Es muy fácil prepararlo.
INGREDIENTES:
Un bacalao grande y fresco (los lomos)
Sal
Azúcar
Un bote de preparado de sal para ahumar (lo venden en Mercadona)
PREPARACIÓN:
Pedir al pescadero que os separe los lomos del bacalao y le quite la cabeza y la espina central (no las tiréis, que son buenísimas para un caldo o fumet). Después, al llegar a casa os entretenéis en quitar con unas pinzas las espinas que puedan quedar en la parte alta de los lomos; hay que cerciorarse que están bien limpios.
Luego buscar un recipiente suficientemente grande y hondo para poner extendidos los lomos. Debe ser grande no solo para que quepa el pescado sino para aguantar todo el líquido que irá soltando.
Mezclamos la sal, el azúcar y el preparado para ahumar (este huele bien fuerte; no pongáis demasiado o saldrá con un sabor demasiado intenso); yo puse 1 kg de sal gorda, 1 kg de azúcar y un bote de este preparado y tuve bastante para cubrirlo todo.
Se pone una capa de este preparado en la fuente, encima el pescado y éste lo cubrimos totalmente con más sal-azúcar. Hay que dejarlo en un lugar fresco durante 24 horas. No mucho más, porque se deshidrataría demasiado y quedaría muy reseco.
Pasado este tiempo, lo sacamos del preparado. Lo lavamos bien y lo ponemos a secar sobre un papel de cocina. Cuando está seco le quitamos la piel. Ya os he contado que no soy muy hábil con el cuchillo, por eso me resulta más fácil pelarlo y luego cortarlo, pero si sois buenos trinchando, podéis poner el cuchillo de lado e ir sacando filetes un poco más grandes; (igual que los del salmón ahumado en los que vienen cortados ya unos filetes preciosos y grandotes). Pero bueno, ya os he dicho que el corte no afecta al sabor...
Para conservarlo mejor y que esté más jugoso, yo voy poniendo los cortes en un túper con aceite (mezclando un poco de oliva y un poco de girasol, para q no se endurezca en la nevera) y con un poco de eneldo que le dice muy bien. Así os durará mucho tiempo.
Presentarlo ya es cosa de cada uno: yo los puse con tiras de pimiento asado sobre pan tostado. Otro día los puse sobre una cama de tomate rallado. También lo podéis usar para un revuelto con setas y huevo, poniéndolo al final, ya que no necesita cocinarse. En fin; solo sobre un trozo de pan ya está buenísimo. Espero que os guste tanto como a mí.
mmm qué bien queda! Nunca he marinado bacalao, sólo salmón.
ResponderEliminarPues pienso hacer esto..cuándo? ni idea, pero lo haré!.
Un beso.
No soy mucho d pescado, pero esto es tentador.....un beso Mamen
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