Anoche tuvimos una cena... un poco sobre la marcha, pero que tuvo un resultado, no sólo original y vistoso, sino además, buenísimo y sabroso. Es por ello que me he animado a compartirlo con vosotros, antes de que pase más tiempo... Es un buen recurso para cenas multitudinarias, porque da mucho de si con poco trabajo y con poco presupuesto.
Yo había hecho a menudo composiciones de varias tortillas, haciendo como una tarta, con una tortilla de cada clase y color; por ejemplo; una de patata en la base, otra de alguna verdura encima (judías verdes o espinacas), otra de gambas o de atún o de champiñon... no sé infinidad de opciones pero variando los colores, de modo que al cortarlas, se vea vistosa y bonita. Luego se cubren con mayonesa o -mejor aún- con una bechamel ligera y se decoran sencillas. Os pongo unas fotos para que veáis el efecto de lo que os digo.
Pero la receta de hoy es otra. Se trata de una versión "francesa" de la tortilla española, pero con un relleno consistente y jugoso que la hace especial. Salió sola pero os voy a contar tal y como la hice. Espero no se me pase nada...
INGREDIENTES (para 6 personas o más):
Dos o tres patatas medianas
Un calabacín
Una cebolla
6 huevos
4 filetes de bacon ( también puede ser jamón york, serrano, pechuga de pavo, lacón)
3 lonchas de queso (del que más os guste)
6 u 8 hojas de lechuga
3 cucharadas soperas de mayonesa
1 cucharada de mostaza antigua
3 o 4 pepinillos para adornar
Aceite de oliva
Sal
ELABORACIÓN:
Voy a ser totalmente sincera. Tenía unas patatas fritas a lo pobre, que me sobraron de ayer. Pero eran pocas para una tortilla grande y muchas para una pequeña. Soy muy aprovechada, y además me quedaba un poco de zarangollo (calabacín frito con cebolla) que también está muy bueno si le ponemos huevo y mucho mejor con patatas. Así que decidí juntarlo todo y casi triturarlo para que no se encontraran muchos tropezones de una cosa un otra. Más o menos, para esconder esas cosas que las madres intentamos que los hijos coman aunque sea sin enterarse. Y salió una masa tan ligera, que decidí hacer las tortillas finas, como si fueran francesas. Y hacer cuatro finas en vez de una gruesa.
Entonces surgió esta idea de presentación para tomar el primero y el segundo en un sólo plato.
Así que fuimos añadiendo lo que había para cenar; la primera capa la cubrimos con bacon, al que previamente le habíamos dado un calentón. La segunda cubierta con lonchas de queso. Y para cubrir la tercera, mezclamos la lechuga en juliana con una poca mayonesa y mostaza antigua, bien revuelta. Que quedara jugosa.
Por último tapamos con la última tortilla y adornamos con lo que teníamos. En este caso, unos pepinillos sabor anchoa muy picados.
Es sencillo. No puede ser más fácil. Y veréis que es un resultado de aceptación multitudinaria!!
...tiene que estar...¡¡¡BUENISIMA!!!
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